Reflexiones sobre la primera etapa de La Banda

LA BANDA PERÚ

Espero que no se cansen del tema mi queridos lectores. Ya pronto dejaré de tomarle atención al programa. Su controversia es contagiosa y debo sacarle el jugo como puedo por lo interesante que se está poniendo. Hoy quiero mostrar algunas reflexiones sobre los castings exhibidos en la primera etapa del programa de Frecuencia Latina, que a pesar de no contar con un rating sólido, está en boca de todos como también en los medios masivos.



Primero, el programa fue en su primera etapa la chance abierta a cientos de artistas y bandas, con aviso o sin aviso. Muchos andaron, pocos pasaron. Algunos se quejaron, y otros lo aprovecharon. El hecho es que a pesar de que el programa sea una basura (como muchos conocidos lo califican, incluso peor), o sea una bendición (poquitos datearon esto) es una vitrina ideal para que al menos una gran cantidad de gente vea lo que haces (si es que tienes suerte) en un horario estelar, sin importar quienes te evalúen, que estés tocando o si el concurso está arreglado. Es una de las pocas cosas rescatables que le puedo ver al espacio. La oportunidad, así sea efímera, se aprovecha. La cosa es jugar en todas las canchas habidas y por haber. No niego que no hay mayor privilegio que masificar tu música uno mismo, pero tarde o temprano vas a tener que necesitar, al menos un poquito de atención, de la tele o la radio. Un artista sin promo, por lo poco que sea, no es efectivo, creo yo. Es como dice un amigo: Invierte 50$ en un buen producto y 500$ en su promoción.

Segundo, los detractores cada vez van a estar jodiendo más y más, sin saber que eso ayuda al programa mucho en su difusión. Será un gracias que no solo venga de las chequeras de los productores de Rayo en la botella, sino también del nuevo o vigente publico de las bandas que hayan sacado provecho a su participación. La crítica, mientras sea negativa y repulsiva, va a funcionar muy bien con los formatos de realities editados aquí. Hay varios ejemplos obvios. La Banda está sujeto a la supuesta televisión blanca donde no hay mucho morbo, joda u otro elemento que veas en otro formato emitido en tu cajita boba blanquiroja. Retomando el punto de quienes se quejan, se están perdiendo el combo de poder analizar y sacar puntos que permitan generar variedad no solo musical, sino de criterio, sea comercial o sea independiente de los artistas presentes allí.

Tercero, las bandas mal llamadas amateurs que están (o han competido en el programa) deben sentirse muy bien por competir con grandes de diversas ramas musicales como Dolores Delirio, Los Ardiles, Del Pueblo del Barrio, y otros artistas que ya tienen cancha en la escena del género que pertenecen como La Negra, Nación Combi, etc. Eso les va a dar más percepción hacia donde planean llegar, no con la fama breve obtenida ahora, sino de forma empírica de degustar tantos matices, colores y variantes de agrupaciones que han visto pasar, sean malas o buenas. Debió haber sido un festín ágape en cuanto a variedad para los que recién toman el viaje. Ahí también se le saca provecho.

Cuarto, si eres un artista o banda que no tomo esa chance por decisión propia, genial. Bandas como Las Amigas de Nadie, Adictos al Bidet y grupos de experiencia respetable no aceptaron la invitación por argumentos muy validos y fieles a sus creencias como tales, prueba de su solides en lo que creen y lo que hacen. Estos han tomado una imagen indiferente al espacio, lo cual es correcto. Esto refuerza la idea que tengo en el segundo párrafo de este escrito: "no hay mayor privilegio que masificar tu música uno mismo". Las intérpretes del disco "Sincronía" y los chicos de AAB son prueba de eso, y me consta mucho que lo logran, cada quien por su lado, cada quien con su público.

Quinto y último, si hay otra cosa rescatable de esta primera etapa es la correcta exhibición y producción que se tomó Rayo en la Botella en la dosificación de semanas y días con relación a las bandas. Hay que darse cuenta que fueron más bandas, diría 10 o 15 veces más de las que viste en esos días de casting. Hay que ser muy valiente para editar ese material de dos horas al día, como también darse la chamba de inscripción, utilería y coordinación del mismo. Es un chambón. 

Para cerrar, quien les habla no es alguien que guste de este programa, ni mucho menos un agresor. Trato de ser imparcial en lo que escribo y pienso. La Banda es una escusa perfecta para poder darte cuenta del talento peruano (sobretodo el rockero) que merece tener al menos unos minutos en la pantalla, ya sea para decirte: "Hey! Estamos aún vivos!", o también gritar: "Esto es lo que hacemos. Este proyecto (el grupo) es nuestro sueño!". Hasta otra nota.

PD: Este es uno de los últimos escritos sobre el programa. Hay tantas cosas que deseo escribir que están ajenas a este espacio. A ver si le aguantan unas cuantas notas más sobre la banda. Espero que no sea de disgusto. Un abrazo.

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